lunes, 25 de mayo de 2015

ROSCADEROS 5 - ANILLAS 2

Se va a llegar al mes de Junio con este marcador: Roscaderos 5 (Ejea, El Burgo, Tauste, Pina y Épila) - Anillas 2 (Tauste y El Burgo). Si esto no requiere reflexión desde el mundo de las anillas, pues no se sabe qué más hace falta. Pero no, los protagonistas están pendientes de todo lo accesorio, antes de preocuparse por las cosas que de verdad importan. Van a tener muy claro qué camisetas deben ponerse en cada concurso, pero se olvidan de que, como no espabilen, no van a tener concursos donde ponérselas.


El mundo del roscadero está en alza, el de las anillas, a la baja. Será difícil que a final de temporada el marcador sea parecido, pero es indicativo. Seguramente, nunca en la historia del festejo popular, se había llegado con este tanteo a Junio. De cestos, cada vez más concursos y más gente en el tendido. Las anillas, pesimista previsión hasta Agosto.

En las anillas, habría que hacer el matiz de que ha habido dos citas más, aunque no hayan llegado a ser concursos de nivel. Castellón fue un engendro raro, al anunciarse primero como exhibición y después convertirse sobre la marcha en concurso, negándose a salir algunas parejas que fueron llamadas. Era parte de un festejo mixto. Restó más que sumó. Y Villafranca fue concurso navarro. Solo se podía participar en él, con ADN de la comunidad foral. Empresarialmente, nada que criticar. Cada cuál programa lo que mejor crea. Ahora bien, ¿pidieron los propios navarros que salieron, la inclusión de compañeros de otras procedencias? Puede sentar mal precedente. Ojalá las anillas estuvieran tan boyantes como para hacer, al margen del primer circuito, citas regionales y algún tipo de campeonato así. Pero no parece que el momento esté para eso. Concurso perdido.


Con respecto al año pasado, que ya la cosa flojeó en el inicio, se han perdido las citas de Castellón y Pina de Ebro. Por cierto, cuando el año pasado en Pina de Ebro se reclamaba que hubiera 12 parejas en lugar de 10, se decía que todo tendría sentido, si el año que hicieran roscaderos, metieran exhibición de anillas. No la hubo, aunque exculpados quedan al coincidir con el concurso de El Burgo a la misma hora. Tomarían nota del gran descenso de público con respecto al año pasado, todo sea dicho. Y el problema ya no es que se hayan perdido esas, es que otras nuevas no han venido. Ni empresas, ni ayuntamientos, han apostado por las anillas.


Lo que ha pasado hasta ahora es que Tauste colgó el cartel de no hay billetes. Tiene mucho mérito, que se llenaran las anillas. Era buena fecha, pero aún así, otros años, en la misma plaza, no pasaba. En El Burgo también pasó algo curioso. Que hubiera unos 3/4 del aforo cubierto, o menos, con entrada gratuita. No llenar una plaza en la que no se paga entrada, tiene mérito, la verdad. El año pasado, en la misma fecha, y siendo grabado para emitirse en Aragón TV, la plaza se llenó. Cambio de ganadería, pero no de organización. Promoción, la misma, muy pobre, por cierto. Cosas que pasan.


De aquellos polvos, estos lodos. Si la temporada del año pasado a parte de, en líneas generales, ser mala, tuvo bochornos como el de Ricla, este año toca pagarlo. Quien siembra vientos... En la plaza no se está dando el callo, pero es que fuera de ella, se está metiendo mucho la pata. Y eso corre como la pólvora. La imagen del recortador no va a mejorar mientras haya actitudes egoístas y torpes. Hace falta cambiar de mentalidad dentro y fuera de la plaza.


No está para pedir, ni exigir nada, el colectivo. Además de que cuanto más se pida de ida, más será la exigencia de vuelta. Que empiecen por recortar, meter anillas y, sobre todo, antes de nada, que haya concursos para, después, en los pocos que haya, que lleven gente a la plaza. A partir de ahí, que todavía no se produce, podrán tener una postura ventajosa para pedir. Mientras tanto, antes de suicidarse haciendo caso a los que les gusta llevar la voz cantante, aún teniendo una reputada trayectoria en meter la pata, vale más que se paren a pensar lo que conviene al mundo de las anillas, no solo a su ombligo.

martes, 12 de mayo de 2015

TRES AÑOS DE FORMATO

El 12 de Mayo de 2012 nacía un nuevo formato de competición en las anillas. En la Plaza de Toros de Alfaro se hacía el experimento. Es el que se dio en llamar formato por eliminación. Idea de Manolo Pérez (el que se echa mucho de menos en la arena y aún más fuera de ella) y llevado a la práctica por Toropasión.

Desde entonces, cinco (más uno que no hay que tener en cuenta) en 2012, tres en 2013 y cinco en 2014. Ese formato cruel que venía a cargarse a muchas parejas, por falta de puestos, y que pide un esfuerzo imposible al recortador. Trece concursos han tenido este formato pues, de los 80 que ha habido en los últimos tres años. Es decir, solo un 16%. Lo que es también decir, que un 84% de los concursos celebrados, no han tenido este formato. Y aún es más decir que, durante los tres últimos años, han sido 7 los concursos realizados a dos vueltas, que no han generado polémica alguna. Un 8´75% de todos los celebrados en 2012, 2013 y 2014. Pero veamos. Si tomamos como medida los 12 puestos por festejo (que nunca las anillas habían sido a 10 parejas), los concursos a dos vueltas han quitado un total de 49 puestos en tres años. El formato por eliminación ha quitado un total de... Redoble de tambor... 38 puestos.


Finalistas de las trece citas:

2012
ALFARO:
Chipu-Foro (418-Arriazu), Manolo-Cuairán (636-Ozcoz), Mariano-Diago (154-Ozcoz), Patxi-Roberto (484-Arriazu).
TARAZONA: 
Héctor-Rodrigo (472-Ozcoz), Manolo-Mario (636-Ozcoz), Mariano-Diago (461-Ozcoz). 
CARIÑENA: 
Mariano-Diago (13-Marcén), Héctor-Rodrigo (31-Marcén), Manolo-Mario (77-Marcén).
ÁGREDA: 
Patxi-Roberto (468-Ozcoz), Asier-Morella (511-Ozcoz), Mariano-Diago (404-Ozcoz).
ZARAGOZA: 
Asier-Morella (154-Ozcoz), Manolo-Mario (233-Eulogio), Mariano-Diago (472-Ozcoz).

2013
CASTELLÓN: 
"Emiliano"-Pedro (233-Eulogio)Patxi-Roberto (636-Ozcoz), Asier-Morella (718-Ozcoz).
ALFARO: 
Manolo-Rodrigo (09-Domínguez), Héctor-Mario (017-Domínguez), "Poca"-Jaume (015-Domínguez).
ZARAGOZA: 
Manolo-Cuairán (233-Eulogio), Héctor-Mario (89-Ozcoz), "Pimpín"-Igea (472-Ozcoz).

2014
CASTELLÓN: 
Albert-Iván (89-Ozcoz), "Chusky"-Sedeño (813-Ozcoz), "Poca"-Jaume (636-Ozcoz).
FUNES: 
Héctor-Cristian (27-Domínguez), Cuairán-Mario (09-Domínguez), Imanol-Alain (015-Domínguez).
ANDOSILLA: 
Imanol-Alain (636-Ozcoz), Albert-Iván (628-Ozcoz), "Pimpín"-Igea (511-Ozcoz).
ÁGREDA: 
"Pimpín"-Igea, Jaso-Javi, Imanol-Alain (Toros).
ZARAGOZA: 
Héctor-Cristian (461-Ozcoz), Cuairán-Mario (628-Ozcoz), "Poca"-Jaume (511-Ozcoz).

16 recortadores diferentes han ganado con este formato. Y 28 han sido los que han accedido a la final.

Manolo = 5 victorias / 6 finales
Cuairán = 4 victorias / 4 finales
Mario = 4 victorias / 7 finales
Mariano - Diago = 1 victoria / 5 finales

En tres años ha sido uno de los temas más calientes de las anillas. Negativa de algunos a salir y críticas, de no muchos, pero sí ruidosas. Casi siempre el tiempo tiene respuesta a todo. ¿Y qué ha dicho el tiempo? Veamos.

El formato quita puestos
Comenzó con 8 (solo en una cita), luego fueron 9 y ahora ya son 10. 
Es un esfuerzo excesivo
Se han recortado exactamente igual las vacas de las finales. De hecho, en finales, se les han metido a algunas vacas un número de anillas, que no se les han metido con el formato tradicional.
En Zaragoza no se puede salir a dos vacas de ese nivel
En las tres ediciones, ninguno de los finalistas se ha quedado sin salir, aún siendo cogidos algunos de ellos. 

Se ha hecho la guerra contra este formato. Se ha intentado hacerlo desaparecer. Pero lo cierto es que aún no ha habido un solo argumento coherente en su contra. El pulso, de momento, lo gana el formato. Casi todas los intentos de cargárselo han tenido su historia detrás. Casi siempre ha habido un interés oculto, fundamentalmente contra Toropasión a nivel empresarial. También fijaciones personales, o directamente inutilidad manifiesta haciendo causa común dentro de algún bando.

Hace mejores las anillas, sí o sí. Hace que haya mayor competitividad en los concursos. Beneficia a los que tienen ganas de ganar. Mantiene la emoción del concurso hasta el final. Hace más justa la competición. Da un mejor espectáculo al espectador, que es el que paga. Permite ver a las mejores parejas del festejo una segunda vez. Mirando por el bien de las anillas, es muy bueno. Lo visto en estos tres años lo ha hecho consolidarse. Porque, aunque al principio se pensó que era un formato para realizarlo con una primera ronda fácil y una final fuerte, lo cierto es que el empeño de Toropasión en llevarlo al Campeonato Nacional, ha sido un grandísimo acierto. Apuesta fuerte que les ha costado enfrentamiento con algunas parejas. Pero si uno cree en lo que hace, debe mantenerlo.

Lo que ha pasado en las tres ediciones de Zaragoza con este formato, da la razón al mismo. Ya no influye tanto la suerte, que es como tiene que ser. Si una vaca era más fácil que las demás, antes daba el título, ahora ya no. Ahora la proclamación de los Campeones Nacionales, tiene más verdad. Quienes tienen orgullo y ganas de demostrar que son los mejores, lógicamente están a favor del formato.

Las polémicas de algunos protagonistas con este formato han hecho daño a las anillas. Lo absurdo de algunas posturas, ha sido una mala imagen de la figura del recortador. Y sobre todo la falta de coherencia. Acusar al formato de algo que, cuando se tiene opción de ser juez y parte, se hace igual o peor, pues hace que el que sea inteligente, haga un retrato claro a la manera de actuar de cada cuál. Para bien o para mal, todo lo que se hace, tiene consecuencias. Sobre todas las decisiones que se toman, hay que asumir lo que acarrean.

Genialidades merecedoras de salida a hombros, han sido las críticas que acusaban al formato de cosas que pasan de igual manera, o hasta más acusada, en el formato tradicional. De ovación cerrada la brillante idea, que duró solo un concurso, de que contaran las anillas de la primera ronda. Si un ganadero echa una vaca que humilla, culpa del formato. Si un lote no está igualado, culpa del formato. Si no me dan una anilla puntera, culpa del formato. Si llueve, culpa del formato. La muerte de Manolete seguramente fue en la final del formato...

La realidad es que Don Imprescindible ya murió, con lo que, aunque hubiera sido mejor que nadie dejara de salir, el formato ha salido adelante y triunfado. Aún con las ausencias, las anillas han ganado en categoría. Tampoco ha dejado de ir gente a las plazas porque algunos no salgan. 

Al final, tres años después y tras reuniones (en las que a la cara se decía sí y al rato, no), mensajes de facebook (sin argumentos), un comunicado (de risa todo lo que lo rodeó, siendo simples marionetas) y muchos ríos de tinta y saliva gastada, prácticamente todos han reculado. Y es que el tiempo... Ay, el tiempo... Pues eso, que ha dado razón a unos y dejado en evidencia a otros.

lunes, 4 de mayo de 2015

PALMEROS

Lacra de los Concursos de Recortadores, el palmero. Es ese personaje que felicita cuando es inmerecido. Lo puede hacer a conciencia o porque no sabe. En cualquiera de los dos casos, es dañino. Y en ambos podría ser corregible, aunque parece una utopía. Este mundillo de las anillas parece complicado de reconducir a algo serio sin personajes dañinos.

Si uno le baila el agua a alguien, aún a sabiendas de que miente, pues es eso, un mentiroso, y hasta puede que lo sea mal intencionado. Alabar a alguien cuando ha estado mal, ¿cree que es positivo? Es todo lo contrario. Le hará creer lo que no es. A quien se aprecia, siempre hay que decirle la verdad. Porque eso le hará mejorar. Decirle lo que no es, lo engañará.

Si no se sabe, la cosa cambia. Se alaba porque como no se entiende, la alabanza tiene base de creencia. Se dice lo que se cree, aunque la creencia sea equivocada. Aparece el peligro de hacer dogma de fe, pensamientos que buscan manipular o teorías de quien no entiende. Para esto, antes de dar una opinión, primero debería pararse uno mismo a pensar si sabe de lo que está hablando, o si, a quien se toma como modelo, sabe algo.

Nivel superior alcanza el que no sabe nada y cree saberlo todo, asumiendo las labores de asesoriamiento. Hacerle caso a personajes así es firmar la sentencia. Se convierten en agujero negro y todo el que se arrima, entra en barrena. Los hechos, así lo demuestran.

El palmero actual, no se conforma con decírselo al implicado de viva voz. Ya no solo vale la palmada en la espalda. Lo publica en redes sociales. Y ahí es cuando llega el contagio. Aparecen más palmeros que no tienen reparo en decir: "tú sí que vales", "eres muy bueno" o "qué grande eres". Se buscan excusas y culpables externos. Suele pagarlo la vaca. Y esto, después de actuaciones discretas (lo que diplomáticamente es haber estado mal), es de chiste con poca gracia. Animar, sí. Decir lo que no es, hace daño. Lo hace al implicado y lo hace al mundillo. Aplaudir lo que no tiene mérito, malo también (léase lo que se hace en las calles). Porque con protagonistas subidos a una nube ficticia, aparecen las realidades paralelas.

Provoca esbozar la sonrisa cuando se producen opiniones así sobre una mala actuación. Pero la cosa se torna en carcajada cuando se loan las trayectorias que son, cuando menos, flojas (lo que se conoce como dar más pena que otra cosa). Se consideran injusticias que no se cuente con ellos y se recurre a los tópicos para encontrar excusa que justifique de manera dulce la cruda realidad. Los hay que no valen y piensan que su puesto está ganado. Los datos objetivos dicen que nunca han hecho nada en los concursos, ni aportado nada al mundillo. Solo han tenido un hueco en la historia de las anillas, porque han tenido la suerte de vivir una época en la que no hay más parejas para elegir. Es triste vivir engañado.

No les vale con eso a los palmeros. Ponen en el disparadero a los que dicen la verdad. Que cada vez son menos por dos razones. No se sabe, ni, si se sabe, hay valor para decirlo. Capítulo a parte merecen los hipócritas que critican al que critica, si no coincide con su visión de esto, que normalmente no tiene base de conocimiento alguno. Eso sí, ellos pueden criticar lo que les parezca, haciendo el ridículo por regla general.

Esto último puede llevar también a la mutación en hooligan. Pasará a ser colosal todo lo que haga su idolatrado. Por contra, los que no sean de su bando, pasarán a ser lo peor. Empiezan a verse cientos de pajas en ojo ajeno. Se pierde por completo la coherencia y el palmero llega a empalagoso para lo suyo y agrio para lo que no es de su cuerda.

A los Concursos de Recortadores les hacen daño porque, aunque en otras disciplinas como el recorte libre los hay en mayor medida y aún más aduladores y censuradores del que critica, llegando incluso a acusar al público de falta de respeto si protesta algo, las anillas no gozan de la salud de lo otro. Con lo que necesita de una mayor verdad.

La cosa ya coge tintes surrealistas cuando el palmero lo es de algún propietario de reses. Esos almorzadores profesionales no dudan en mentir sin pudor. Se crea un círculo de pensamiento único, en el que solo se acepta el peloteo más nauseabundo. Problema tendrá el que no sepa ver la realidad y se crea lo que le dicen los peloteros de al lado. Cierto es que, normalmente, esos peloteros, no hacen si no repetir lo que oyen, por lo que es la pescadilla que se muerde la cola. Los hierros se rodean de quien quieren rodearse, por eso los entornos suelen ser reveladores.

En estos círculos, suele aparecer el teorema de los cuatro tontos. Este consiste en que el tonto uno dice algo que es mentira o no tiene sentido al tonto dos, el tonto dos lo aumenta al tonto tres, el tonto tres llega a contárselo al tonto cuatro como la verdad absoluta y cuando el tonto cuatro coincide con el tonto uno, el tonto uno da por confirmada la mentira o idiotez. 

Por el medio también está la nueva figura del palmero de un organizador u empresa. Que podrá preparar las mayores castañas del mundo, que lo defenderá a capa y espada. Los argumentos para defender lo indefendible, suelen ser de los de recopilar para un libro de la poca vergüenza.

Y para terminar, no debe quedar sin aparecer el palmero veleta. Es aquel que un día alaba algo, pero al día siguiente, si el sol ha cambiado, y ya no está cara a él, puede pasar a atacar sin rubor lo alabado antes. Armario amplio para cambiar de chaqueta según venga en gana. Son caricaturas.

Tristemente, el palmero en las anillas, hace lo que hace por reforzar su poca personalidad y así caer simpático, a base de adular, quedar bien con todo el mundo o para conseguir un almuerzo o alguna invitación. 

En los Simpson, Smithers es el palmero del Señor Burns. Pero este personaje, a diferencia de los antes tratados, por lo menos, además de parecer inteligente, lo hace a cambio de un sueldo.

Excusatio non petita, accusatio manifesta.