lunes, 4 de mayo de 2015

PALMEROS

Lacra de los Concursos de Recortadores, el palmero. Es ese personaje que felicita cuando es inmerecido. Lo puede hacer a conciencia o porque no sabe. En cualquiera de los dos casos, es dañino. Y en ambos podría ser corregible, aunque parece una utopía. Este mundillo de las anillas parece complicado de reconducir a algo serio sin personajes dañinos.

Si uno le baila el agua a alguien, aún a sabiendas de que miente, pues es eso, un mentiroso, y hasta puede que lo sea mal intencionado. Alabar a alguien cuando ha estado mal, ¿cree que es positivo? Es todo lo contrario. Le hará creer lo que no es. A quien se aprecia, siempre hay que decirle la verdad. Porque eso le hará mejorar. Decirle lo que no es, lo engañará.

Si no se sabe, la cosa cambia. Se alaba porque como no se entiende, la alabanza tiene base de creencia. Se dice lo que se cree, aunque la creencia sea equivocada. Aparece el peligro de hacer dogma de fe, pensamientos que buscan manipular o teorías de quien no entiende. Para esto, antes de dar una opinión, primero debería pararse uno mismo a pensar si sabe de lo que está hablando, o si, a quien se toma como modelo, sabe algo.

Nivel superior alcanza el que no sabe nada y cree saberlo todo, asumiendo las labores de asesoriamiento. Hacerle caso a personajes así es firmar la sentencia. Se convierten en agujero negro y todo el que se arrima, entra en barrena. Los hechos, así lo demuestran.

El palmero actual, no se conforma con decírselo al implicado de viva voz. Ya no solo vale la palmada en la espalda. Lo publica en redes sociales. Y ahí es cuando llega el contagio. Aparecen más palmeros que no tienen reparo en decir: "tú sí que vales", "eres muy bueno" o "qué grande eres". Se buscan excusas y culpables externos. Suele pagarlo la vaca. Y esto, después de actuaciones discretas (lo que diplomáticamente es haber estado mal), es de chiste con poca gracia. Animar, sí. Decir lo que no es, hace daño. Lo hace al implicado y lo hace al mundillo. Aplaudir lo que no tiene mérito, malo también (léase lo que se hace en las calles). Porque con protagonistas subidos a una nube ficticia, aparecen las realidades paralelas.

Provoca esbozar la sonrisa cuando se producen opiniones así sobre una mala actuación. Pero la cosa se torna en carcajada cuando se loan las trayectorias que son, cuando menos, flojas (lo que se conoce como dar más pena que otra cosa). Se consideran injusticias que no se cuente con ellos y se recurre a los tópicos para encontrar excusa que justifique de manera dulce la cruda realidad. Los hay que no valen y piensan que su puesto está ganado. Los datos objetivos dicen que nunca han hecho nada en los concursos, ni aportado nada al mundillo. Solo han tenido un hueco en la historia de las anillas, porque han tenido la suerte de vivir una época en la que no hay más parejas para elegir. Es triste vivir engañado.

No les vale con eso a los palmeros. Ponen en el disparadero a los que dicen la verdad. Que cada vez son menos por dos razones. No se sabe, ni, si se sabe, hay valor para decirlo. Capítulo a parte merecen los hipócritas que critican al que critica, si no coincide con su visión de esto, que normalmente no tiene base de conocimiento alguno. Eso sí, ellos pueden criticar lo que les parezca, haciendo el ridículo por regla general.

Esto último puede llevar también a la mutación en hooligan. Pasará a ser colosal todo lo que haga su idolatrado. Por contra, los que no sean de su bando, pasarán a ser lo peor. Empiezan a verse cientos de pajas en ojo ajeno. Se pierde por completo la coherencia y el palmero llega a empalagoso para lo suyo y agrio para lo que no es de su cuerda.

A los Concursos de Recortadores les hacen daño porque, aunque en otras disciplinas como el recorte libre los hay en mayor medida y aún más aduladores y censuradores del que critica, llegando incluso a acusar al público de falta de respeto si protesta algo, las anillas no gozan de la salud de lo otro. Con lo que necesita de una mayor verdad.

La cosa ya coge tintes surrealistas cuando el palmero lo es de algún propietario de reses. Esos almorzadores profesionales no dudan en mentir sin pudor. Se crea un círculo de pensamiento único, en el que solo se acepta el peloteo más nauseabundo. Problema tendrá el que no sepa ver la realidad y se crea lo que le dicen los peloteros de al lado. Cierto es que, normalmente, esos peloteros, no hacen si no repetir lo que oyen, por lo que es la pescadilla que se muerde la cola. Los hierros se rodean de quien quieren rodearse, por eso los entornos suelen ser reveladores.

En estos círculos, suele aparecer el teorema de los cuatro tontos. Este consiste en que el tonto uno dice algo que es mentira o no tiene sentido al tonto dos, el tonto dos lo aumenta al tonto tres, el tonto tres llega a contárselo al tonto cuatro como la verdad absoluta y cuando el tonto cuatro coincide con el tonto uno, el tonto uno da por confirmada la mentira o idiotez. 

Por el medio también está la nueva figura del palmero de un organizador u empresa. Que podrá preparar las mayores castañas del mundo, que lo defenderá a capa y espada. Los argumentos para defender lo indefendible, suelen ser de los de recopilar para un libro de la poca vergüenza.

Y para terminar, no debe quedar sin aparecer el palmero veleta. Es aquel que un día alaba algo, pero al día siguiente, si el sol ha cambiado, y ya no está cara a él, puede pasar a atacar sin rubor lo alabado antes. Armario amplio para cambiar de chaqueta según venga en gana. Son caricaturas.

Tristemente, el palmero en las anillas, hace lo que hace por reforzar su poca personalidad y así caer simpático, a base de adular, quedar bien con todo el mundo o para conseguir un almuerzo o alguna invitación. 

En los Simpson, Smithers es el palmero del Señor Burns. Pero este personaje, a diferencia de los antes tratados, por lo menos, además de parecer inteligente, lo hace a cambio de un sueldo.

Excusatio non petita, accusatio manifesta.

1 comentario:

  1. Tristemente lo que tu describes no pasa solo en este mundillo, fíjate en el fútbol, en los periodistas que más que periodistas parecen "panfleteros".....etc.

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