martes, 16 de junio de 2015

DOS CONCURSOS EN NUEVE HORAS, ALAGÓN (I)

A las doce de la mañana se disputó la Fragua de las Anillas. A las siete de la tarde, el XXVII Memorial Mariano Ruiz Elipe. Solo la plaza de Alagón puede hacerlo. La Fragua tenía que haberse disputado el Jueves, pero la lluvia lo hizo imposible. Comencemos por la Fragua.

Para empezar, poca gente, muy poca. No se puede sentenciar porque se hizo cuando no estaba previsto. Habrá que ver en otras plazas. Ya se dijo desde estas mismas líneas, que parecía una idea muy buena. En otros tiempos, sería innecesaria, en estos, parece que hace falta. Hay muy pocos concursos y hay muy pocos puestos como para ir metiendo a los nuevos. Si se foguean en la Fragua, pueden llegar más preparados.

Se modificó alguna norma para adaptarla a la competición. El tiempo empezó a contar más tarde de lo habitual. Se estaba más pendiente de los quites y caras habituales estaban fuera de los burladeros para apoyar. El cambio más significativo fue el de que las parejas contaban con un tiempo muerto, si lo deseaban, mediada la actuación. Y quienes los asesoraban, por megafonía les aconsejaban. Se trata de que aprendan. Buena idea, fuera de quien fuera.

Y lo que deparó la mañana es que Francisco Murillo Conde llevó un lote de doce del que no falló ni una. Y eso no es fácil. Acierto de pleno con el lote, llevó doce vacas ideales para el festejo que se trataba. Y con ellas, hubo más o menos lo esperado. Los que claramente se ve que van a valer, pocos. Los que con trabajo podrán llegar a valer, algunos. Los que ya les vino justo para la Fragua y por tanto no van a valer, mayoría. Pero esto es así. Lo que les debe quedar claro es que ni los que destacaron, son nada aún. Hay madera, pueden hacer algo grande en las anillas, pero ahora viene el aprender, progresar y mejorar. Sacrificio.

Con los que no van a valer, no procede la crítica, ya se dijo. Lo quieren intentar, lo intentaron y ya se ve lo que pueden hacer. Con eso no llega. Ni por ellos, por su seguridad, ni por el público, porque paga la entrada. Si el valor no llega para arrimarse a las reses que saltaron a la arena, ni en cites, ni en embroques, la cosa está crudamente clara. Que se ganen con ellos grandes aficionados y seguidores de las anillas.

En lo destacable, los que evidentemente, ahora, parece que valen, hay que mencionar a los cariñenenses Guillermo Begué y Óscar Muñoz, los más jóvenes y con un desparpajo y una decisión chocante. Le dieron el pecho a la vaca y tienen futuro. Ismael Román, que quiso. Darío Moral, que es el más puesto, tira donde sea, y va a ser muy pronto habitual del circuito. Javier Ezquerro, que si hay que ir, va. Y Alejandro Huerta "Hufra", con mucho corazón, dándolo todo para meter las anillas. En la recámara, otros tantos que podría ser que, mejorando, llegaran arriba, pero de momento, están por detrás. Todos están verdes, pero todos, tienen la posibilidad, de ser alguien en las anillas.

Finalmente, por la tarde en el XXVII Memorial Mariano Ruiz Elipe, participaron Darío Moral y Alejandro Huerta "Hufra", aunque solo el segundo había ganado por la mañana. Y lo que pasó por la tarde fue...

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